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viernes, 2 de septiembre de 2011

LOS PROBLEMAS Y LAS PREGUNTAS PERTINENTES

LOS PROBLEMAS Y LAS PREGUNTAS PERTINENTES

Arnaldo Esté

4 de agosto de 2011

 

Con Lo digital viene la CULTURA DE LA PARTICIPACIÓN. Debemos abonar esa cultura.

La participación no existe como un valor. Ni siquiera se la concibe como un derecha y en muchos aparece como una opción. En las aulas de clase la participación es una oportunidad que el maestro otorga, en el supuesto de que los estudiantes aprenden con la lección que se les da.

Sabemos que no es así. La lección ayuda pero ahora, con tal abundancia de información, la calase informativa tradicional frena el curso informativo al resumir la comunicación al a la acción informativa magisterial.

De la Sociedad y de la Naturaleza se recibe todo lo que somos. Devolver algo de lo que recibimos es participar.

Es frecuente la queja de maestros que quieren y predican la necesidad de que sus estudiantes participen pero no lo logran. Algunos llegan a decir que no quieren hacerlo, que son monosilábicos,

tímidos, ¡qué se yo

La participación es la mejor manera de realizarse la condición humana. La condición social humana. Ella hay que propiciarla, hay que estimularla. Hay que establecerla como un derecho. Como un derecho que se hace vigente en un ambiente de aprendizaje.

La participación no nace con la persona. Es cultural, se adquiere y realiza como aprendizaje.

En la tradición escolar la participación ha sido reducida y, frecuentemente reprimida, cuando compite con el monopolio que el maestro, como informador, tiene de la palabra.DSC00307

Aprender a participar se hace participando y participar supone que me siento parte legítima y reconocida, respetada del todo, del grupo y que, además, tengo algo que aportar a éste.

Es patrimonio de la vida de todos, la experiencia, haber vivido. Eso se atesora en el cuerpo.

Lo deseable es que todos los que asisten a un ambiente de aprendizaje, a un grupo, aporten esas riquezas y experiencias para que a partir de ellas se construyan más y más experiencias y aventuras.

Es necesario recurrir a la Pedagogía para propiciar esa participación, ese aporte. Hay que darle entrada, incluso, presionarlo.

De aquí lo que llamamos preguntas o problemas pertinentes.

La pertinencia (Que es mucho mas que “chalenge”))puede tener que ver con las exigencias sociales de los aprendizajes o conocimientos. Eso es muy importante como materia educativa e investigativa. Pero aquí me refiero a ella como la relación que tiene una pregunta o problema con las experiencias y riquezas de mi cuerpo de mi vida ya vivida.

Una clase, entonces, debe comenzar por la presentación, verbal, visual, digital… de un problema que tenga la virtud de invocar, de validar y llevar a expresar ante el grupo esas experiencias y riquezas.

Una formulación, un enunciado dirigido a esa intimidad, y que para lograrlo debe, preferiblemente, hacerse en segunda persona: personalizada, indicando que lo que necesitamos, lo que esperamos es tu propia experiencia, opinión, aporte. No lo que está en los libros o tratados. No lo que está en Internet u otros informadores.

Así: ¿Cómo es tu mamá?, ¿Qué es lo que más te gusta de de tu perro?, ¿Cómo es tu casa?, ¿Cómo crees que se puede curar la gripe?

Lo que sigue es llevar al estudiante a que escriba o represente de alguna manera su opinión. Que luego se la comunique al resto del grupo y que se abra una discusión que reúna y enriquezca con informaciones de diferentes fuentes (ahora sí: Internet, el maestro…)IMG_0488

Un problema pertinente puede tener una intención temática. Servir de inicio para el desarrollo de un tema importante o de exigencia curricular.

Puede también abordarse en diversos niveles o modalidades. Pero siempre debe conducir a la interacción a la práctica de valores adicionales a la participación, el cultivo de la diversidad, la dignidad de la persona al respetar sus experiencias y saberes, la colaboración, y, sobre todo al uso eficiente y comunicativo del lenguaje.

sábado, 12 de febrero de 2011

RELIGIOSIDAD

Religiosidad

Es un tema primordial que crece por todas partes y pareciera llenar los grandes vacíos que va dejando la Cultura Occidental en la medida en la que se extienden sus fronteras y se mestizan y maceran sus valores.

Nacen campos grises  y se hacen cada vez más compartidos, al paso que Lo Digital, como valor emergente y por sus crecientes rutas, permite subir más que lo que baja,

y lo que sube es una rica diversidad.

Esas rutas de subida: las redes, los twiter, los Facebook, los wikyleaks cambian los criterios de la intimidad, la verdad, la organización social.

Una Diversidad que, también como valor, se hace visible y, más aun, necesaria para reemplazar los etnocentrismos.

El uso extenso y viejo del término religiosidad de origen latino lleva a asociar Religiosidad con religión o con devoción

Pero, a pesar de esa confusión, prefiero seguir usando la palabra. Lo empleo para referirme a una facultad constitutiva, genérica, como lo es el lenguaje. Gracias a ella se le otorga a las percepciones o creaciones ánima y fuerza generatriz. Los valores son de esa condición. Son instancias sociales de fe que enmarcan nuestras acciones y relaciones. Son grandes referentes que, más allá de episteme (Foucault)

http://books.google.es/books?id=w5RIxqp8HK4C&printsec=frontcover&dq=palabras+y+las+cosas+foucault+michel&hl=es&ei=A8FVTZK8MMTbgQf-_o3gDA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CC8Q6AEwAA#v=onepage&q&f=false

o paradigma, (Khun)

http://books.google.com/books?id=xnjS401VuFMC&printsec=frontcover&dq=inauthor:%22Thomas+S+Kuhn%22&hl=es&ei=pq9WTdnHDcXogQfC85CNDQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=7&ved=0CEQQ6AEwBg#v=onepage&q&f=false

le dan sentido a la vida y sus posibles proyectos. Quiero atender a la diversidad cultural, a la diversidad de sistemas de valores, más que la linealidad de la argumentación de la ciencia moderna.

También es diferente a lo que Mircea Eliade

http://books.google.com/books?id=IuFzDNuVGZMC&printsec=frontcover&dq=Mircea+eliade&hl=es&ei=Qq1WTcLIGofLgQfirq3cDA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCgQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false

enuncia como calidad sagrada o divina. Para mi ello no está allí en parte alguna, a la cual se adviene, ni es sólo una “experiencia”. Desde la Religiosidad de construyen los valoresVIAJES LONDRES PARIS BERLIN 0CT 2008 894, que, a su vez, enmarcan los comportamientos y acciones. En relación a ellos se genera lo  sagrado, divino, trascendente.., así como el amor, la vida, la muerte, el mal, el bien, la verdad. Construcciones imprescindibles para lo ético, para la eticidad, para la formación y preservación de la cohesión social.

Los símbolos

Esto pareciera (y lo es) vecino de los símbolos tal como los propone Cassirer

Language and Myth

http://books.google.com/books?id=rxbQwhhRKygC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_atb#v=onepage&q&f=false

pero ellos funcionan más como evocadores sintéticos y de gran fuerza, que se intercalan en las comunicaciones lingüísticas o estéticas para darles tanto economía como amplitud metafórica. Dejando mayores o menores campos hermenéuticos.

En buena medida, gracias a los símbolos llegamos a los valores. A algo imposible de definir como los valores en su condición difusa y sistémica: hablamos de Cultura como sistema de valores. Se tiene, por tanto, que recurrir a cosas como los símbolos para evocarlos o comunicarlos.

Pero esa vecindad entre símbolos y valores necesita deslindar territorios de significados. La religiosidad permite la construcción de valores. De los grandes referentes a los que dedicamos buena parte de lo que aquí escribimos.

Así como es constitutiva del ser humano la Religiosidad, también lo es la capacidad para construir símbolos. Pero aun cuando es común que la Fe se sustantive y comunique con símbolos, hay muchos de ellos que nos llevan a evocar paquetes de emoción, tristeza, deseo. Los símbolos no siempre refieren a la Fe.

Los símbolos son inmediatamente perceptibles y de gran potencia evocadora en la medida de su reiteración y eco social. La Religiosidad se fusiona con el símbolo mismo: entonces parece que es el símbolo el que tiene ánima y fuerza generatriz.

Así mismo, la fe es mucho más fuerte que la convicción o la creencia. Se arraiga de tal manera que provocan guerras y grandes creaciones. A las coyunturas del placer y el sufrimiento, del odio y el amor. Las zapatas de fundación de las construcciones sociales.

Otro caso de Fe, de valor emergente es el mundo cuántico, la realidad en la peVIAJES LONDRES PARIS BERLIN 0CT 2008 329rspectiva cuántica. Lo cuántico en intangibilidad, su fusión y dependencia con el pereceptor, su  multidimensionalidad (o adimensionalidad), en una condición poscientífica, lo hace muy adecuado para saltar el lindero hacia otra religión (o la tal vez a las antiguas religiones de los Vedas, del TAO) que ya convoca a muchos calificados pensadores.

http://www.commonsensescience.org/quantum_reality.html

La sola mención de la Religiosidad o de palabras vecinas provoca malicias y resquemores al alarmar los valores positivistas (objetivistas, analíticos) que se instalaron en la academia occidental como reacción al poder papal, considerado supersticioso y puramente simbólico y que debería ser reemplazado por la razón y el argumento científico.

No obstante esa misma ciencia y razón habrían de construir sus valores epistémicos, sus referentes de fe (ahora declinantes) ya que ellos resultaban imprescindible para la producción de conocimiento: causación, prueba, observación, objetividad, coherencia, falsación…

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martes, 1 de febrero de 2011

LOS VALORES VULGARES

 

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Las palabras Valor, ético, moral están para mal, vulgarizadas. Se encierran en los recintos que separan, desde el Poder, al bien y al mal. Pero más allá de los juicios y actitudes, al acercarse a los comportamientos individuales y grupales afloran confusiones y contradicciones. Las palabras usadas para designar los Valores toman significados diversos atendiendo no sólo a los contextos de los otros Valores sino a las circunstancias y tensiones que confronta una cultura: la vida como Valor tiene un significado diferente para un venezolano que para un guerrillero palestino. Así mismo Valores como “lo femenino”, la democracia (ver USA y Egipto), la participación, la diversidad, el amor, el odio.

No propongo el Valor como un postulado o premisa axiológica, como un enunciado matriz del cual derivar lógicamente argumentos o proposiciones, en el sentido habitual de la lógica formal o la Matemática académica y el soporte que ella presta a la ciencia moderna. Tiene que ver, necesariamente con el lenguaje, pero no se reduce a lo que pueda caber en el lenguaje.

He empleado la expresión “referente mayor” o “gran referente” Y tendría que encontrar una metáfora mejor, para ilustrar la referencia de los comportamientos y acciones con los Valores, como las líneas blancas que señalan los linderos de las carreteras y entre las cuales se debe ir para evitar accidentes. La línea blanca es un trazo definido y el valor no es un trazo definido. Los valores nos llegan corpóreamente y no sólo por señas, símbolos o definiciones. Nos llegan y se instalan en nosotros operando para máximas o mínimas de lo posible y convenido. Como lo hacen las continuas hermeneusis que desde nuestro cuerpo y contextos hacemos del entorno y de nuestra propia calidad.

Los esfuerzos, comúnmente eclesiásticos o políticos y en la Ciencia, a partir de una interpretación corta de Khun y sus Paradigmas, responden a la necesidad de hacer programas o mandamientos a partir de Valores enunciados.

Esta condición, si se quiere borrosa de los Valores, no les resta fuerza, ni para impedir ni para impulsar. Sabemos de qué manera es fácil guerrear y morir por ellos. Sabemos de qué manera es posible descubrir la América por ellos.

Esa condición borrosa, también nos trae las maneras en las que muchas culturas han asociado los Valores a dioses y santos representados físicamente con figuras o símbolos que sustantivan las relaciones con ellos. El figurativismo humano greco-VIAJES LONDRES PARIS BERLIN 0CT 2008 1304romano, y luego católico, de las deidades. Las abstracciones geométricas de los islámicos. La música en los protestantes. Los dragones chinos. Los animales egipcios. Las máscaras y plumas de Quetzalcóatl. Con ellos los valores implican suertes de negociaciones con ofertas y promesas frecuentemente incumplidas y castigadas.

Ahora la angustia, las neurosis y psicosis aparecen como formas de castigo por las violaciones de esos referentes que en su pleno vigor tienen efectos patológicos.

Es difícil, sino imposible, establecer la demarcación entre lo “cultural” (advenedizo al sustrato biológico humano) y lo biológico. No hay tal condición de sustrato sobre el cual se “monta” o estructura lo cultural. El proceso es simultáneo y complementario. Lo humano (biológico) va generándose con lo cultural y ello permea y está en todo el cuerpo, que es, por tanto, todo culto. Es imposible establecer su emergencia y siempre será susceptible de ser interpretado desde el propio punto de vista, desde la propia cultura.

Una muestra de esto es el vigente cerebrocentrismo. Se establece la emergencia y evolución del ser humano en relación al tamaño y composición del cerebro. Más aun, se propone al cerebro como receptáculo de lo humano, en una derivación, no bien oculta, del alma y su residencia.

En el marco de referencia de los valores se generan muchos y disimiles símbolos, significados atribuidos a expresiones similares expresiones, técnicas, métodos, modos sociales, hábitos y costumbres.

La elaboración consciente de símbolos (obras de arte, caudillos, logotipos, emblemas, escudos,…) es un buen ejemplo de los valores establecidos que se descubren al colocar a aquellos en perspectiva histórica o en contextos culturales. Los símbolos quedan generalmente en el marco de lo posible de concebir es decir, de los Grandes Referentes, de los Valores vigentes.

Ahora lo digital converge con otros valores y sus máquinas, a macerarse en otras culturas. Y Occidente decae y es reemplazado por la diversidad. Una diversidad que emerge reforzada por los cursos que abre Lo Digital. Y Lo Digital va colocando su hierro en todo lo que transita por su Nube.

La cosmovisión así entendida se supone culturalmente relativa. Diversidad que supone también áreas de negociación y/o solapamiento entre las diversas culturas (y cosmovisiones). Y que ha de ser el camino de la Paz.

Es frecuente encontrar una evasión del empleo adecuado del término “

Valor” y se usa “creencias y valores”. Por ello conviene distinguirlos. Una creencia puede ser una incidencia singular, particular asociada a un acontecimiento o percepción: “yo creo que Pedro no va a venir”. Se dice eso insinuando que no se tienen “pruebas” de ello. Un poco más tarde, la misma persona puede decir “Yo creo que me equivoque, Pedro va a venir”. La creencia se mueve en el marco de valores que le demandan o no “pruebas” es decir constancias objetivas si la objetividad, las existencias de las cosas ahí, está instalada como valor. De tal manera que la confesión “creo” de entrada debilita la afirmación reduciéndola a una presunción subjetiva.

El Valor, como ya se ha dicho, no es una instancia lógica, es una instancia de fe instalada, un referente para todo caso, incluyendo las creencias. En el caso mencionado, el valor “objetividad” debilita al enunciado. Con esa debilidad el enunciado puede ser negado o suplantado con alguna prueba contraria: “Pedro ya viene por el camino”.

El Valor no. Se le puede derrotar argumentalmente, pero no se eliminará su vigencia: Dios – y todas las instancias de fe- no se puede matar con un argumento. Tal vez pueda hacerlo un acontecer persistente o un gran cataclismo que lo debilitará o a la postre sustituirá al Valor, no una simple voluntad, ley, imposición o decisión de hacerlo.

LA MATERIA

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Esa trampa lingüística también funciona para engendrar lo espiritual o almático o al Universo como un solo ser de esa naturaleza. El Universo siempre será explicado en los términos y alcances del observador y, por tanto, tendremos que contentarnos con la relatividad constructivista. Felices y a la vez inquietos de bailar con la música que tenemos.

Esas realidades así construidas, con los valores que las enmarcan, vienen a ser la vida y lo vivido con sus placeres, exigencias y angustias. De ellas vendrán tanto la preservación como la búsqueda.

La física cuántica, ya mencionamos, como recurso para explicar lo incomparable e indefinible de lo subatómico, nos ha llevado a aceptar una esencia de partículas que se comportan a veces como tales, a veces como ondas. Dependiendo, muy constructivamente, de las maneras de observarlas. De manera similar a como el punto de vista, como conjunción de aproximación y perspectiva, nos hace evidenciar en las mismas relaciones otras relaciones. El bello juego humano de buscarle cinco patas al gato, el necesario tormento de complicar las cosas.

Construir aprendizajes, conocimientos, creaciones requiere la activación de esa subjetividad relacionadora. A eso lo podemos llamar participación  y entra en el campo de la interacción constructiva

. Supone la relación con otros y consigo mismo en la generación de las relaciones como la manera de la existencia, del Ser.

La realidad objetiva es también una construcción que resulta de una manera de observar, una lógica selectiva que presume el resultado, por no decir que lo fuerza. Un método que, como expresión de ciertos valores, se impone a lo percibido.

A propósito, hay que seguir problematizando la palabra y el concepto “percepción”. Está vinculado a la idea de atrapar algo que está allí, que existe objetivamente. Sea que existe o no la cosa en sí, lo que nos llega son relaciones, son dimanaciones de esas relaciones. Somos mucho más actores que perceptores.

LA CORPÓREIDAD Y LA CONSTRUCCIÓN DE SABERES

La corporeidad y la construcción de los saberes y conocimientos

No siento que deba angustiarnos demás de la cuenta la explicación, con una sola teoría, de la totalidad del Universo, como pretende el paradigma holográfico. Siempre se irán construyendo teorías con mayor o menor ambición para satisfacer la intriga humana y, a la vez, que le funcionen para sus exigencias y expectativas actuales. Sin embargo tendrán sus costos: la física cuántica no escapa de esto.VIAJES LONDRES PARIS BERLIN 0CT 2008 240

Refugiarse en el cerebro y en sus niveles cuánticos para explicar las maneras como el universo se percibe, suena parecido a la proposición del genoma como causa inicial de la condición humana sus potencias y carencias. Pareciera una herencia, a la vez bíblica y positiva, que se refugia en instancias tan tenues y volátiles como las partículas (u óndas) subatómicas para proponer esencias y causas iniciales. Lo que entiendo como religiosidad (ver más adelante) explica esa manera de construir, de atribuir a ciertas percepciones o creaciones alma y fuerza generatriz. Así ha sido y afortunadamente, así seguirá siendo. Por ello se ha creado a Dios y “De la nada Dios hizo el Universo y colocó en él al hombre”.

La palabra construcción tiene resonancias estructurales, de cosas que se arman o ensamblan. Es necesario recargarla semánticamente para poder usarla en el sentido de lo que aquí propongo. La palabra construcción me interesa proponerla en función del encuentro o establecimiento de relaciones o asociaciones. Relaciones, asociaciones, texturas, que se encuentran (o construyen) desde el acervo del grupo, de quien lo hace.

- El acervo, lo que hay en la subjetividad, es el resultado de una vida en sociedad. En ese acervo, más o menos establecidos, más o menos constituidos en sistema (en cultura vigente) están los valores como referentes mayores en relación a los cuales se suceden, son posibles y válidas esas construcciones.

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- Una buena porción de lo que llamamos creatividad tiene que ver con la disposición a encontrar y evidenciar esas relaciones que otros no han logrado (no solo en los campos del “conocimiento organizado”, sino en cualquier otro llámese emocional", racional, deportivo,  estético…). Así mismo, el área de desarrollo próximo (Vygotski) variará de una persona a otra según esa inteligencia y disposición creativa.

Las realidades se construyen así desde lo que se tiene y para lo que adviene. Lo que se tiene es corpóreo, no sólo espiritual, fisiológico o cerebral. La subjetividad es de esa condición integral, como una compleja ecología sin segmentos separables, sin dejar de implicar al todo y sin efectos o acciones que no impliquen al todo. Así que el cerebrocentrismo, (*) que concibe al cerebro o al sistema nervioso como receptáculo de lo humano generador de la bella metáfora del holograma universal (ver Bohm, David) es vecina de la concepción de lo humano como psiquis o mente, como una sustancia.

Así que la percepción no es sensorial. Los sentidos son terminales del cuerpo a través de los cuales ese cuerpo histórico se relaciona. Como todo terminal impregna de su calidad lo que por el transita,  obligando a hablar positivamente de sensaciones sonoras, visuales, etc. La piel, lejos de ser un límite del cuerpo, es la garantía de su pertenencia al contexto.

El cuerpo es una resultante de relaciones para otras relaciones.

martes, 11 de enero de 2011

ATMÓSFERA DIGITAL

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